E m i l i o . . .
¡Ese Emilio!
Como hace tiempo que no me coges el teléfono ni me contestas los sms, ni los mails (mamón) he pensado en colgar esto en mi blog, que sé que miras de vez en cuando. Dicho y hecho.
No es que me preocupe el no saber de ti por vía directa, es lo habitual. Pero esta vez te quería decir algo, a ver que te parece.
Hasta aquí, nada especial, porque gente que te conoce se encuentra uno por todos los sitios y en cualquier momento, y lo normal es que intercambiemos las informaciones indirectas que nos han llegado sobre ti. Aparte de rememorar jocosamente alguna anécdota en la que alguno de nosotros salió escaldado por algo que hiciste (o no hiciste). En ese caso la conversación suele acabar con un “Es el Emilio… ¡hahaha!”. Y, manda cojones, más ganas de verte tenemos entonces.
En fin, lo que no era normal (la sensación rara) era que esta vez teníamos la impresión de que tardaríamos más en volver a verte. ¿Por qué? No me preguntes, todo era bastante irreal. Imagínate que incluso andaba por allí un cura y repartían unos papeles con tu nombre donde ponía algo de ¡Teresa de Calcuta! Flipante, si.
Pues eso, sólo quería hacerte llegar esta impresión y no me enrrollo más, que a pesar de tu capacidad para la lectura en diagonal sé que prefieres los mensajes claros y concisos.
Espero tu respuesta como siempre, para no se sabe cuando. Ya iré mirando el registro del blog, sabré reconocer tu IP.
Un abrazo y echamos una birra,
Toni
[PD: ¿sabes que? Hablando de birras, voy a mirar de poner una fecha para tomarnos una. Se lo diré a más gente y la echaremos a tu salud, vengas o no vengas. ¡Ah! Y esta vez, sin curas.]
Me llaman el desaparecido
Que cuando llega ya se ha ido
Volando vengo, volando voy
Deprisa deprisa a rumbo perdido
Cuando me buscan nunca estoy
Cuando me encuentran yo no soy
El que está enfrente porque ya
Me fui corriendo más allá
Me dicen el desaparecido
Fantasma que nunca está
Me dicen el desagradecido
Pero esa no es la verdad
Yo llevo en el cuerpo un dolor
Que no me deja respirar
Llevo en el cuerpo una condena
Que siempre me echa a caminar
Me llaman el desaparecido
Que cuando llega ya se ha ido
Volando vengo, volando voy
Deprisa deprisa a rumbo perdido
Yo llevo en el cuerpo un motor
Que nunca dejade rolar
Yo llevo en el alma un camino
Destinado a nunca llegar
Me llaman el desaparecido
Cuando llega ya se ha ido
Volando vengo, volando voy
Deprisa deprisa a rumbo perdido
Perdido en el siglo...
siglo XX...
rumbo al XXI
("Desparecido", Manu Chao)